La propia condena

Hoy fue la quinta vez que intenté. Reuní todas mis fuerzas, puse todo mi empeño, y nada. Como todas las otras veces, nada. ¡Nada! Frustración, recorre mis venas quemándolas. La impotencia hierve mi sangre febrilmente. Y bueno, será que no sirvo, ¿Será que verdaderamente no sirvo para nada?
El otro día me preguntaron por mi fuerte. Pausa. Dije no entender. Tu fuerte, algo en lo que te destaques por sobre lo demás. Pausa, una eterna como mis sueños extintos. Es triste pensarlo, pero si tenemos en cuenta la cantidad de gente del planeta, los pocos que se destaca en algo, queda un enorme margen de gente promedio, como yo, sin ningún fuerte.
A veces invade mi mente la expresión de mis padres cuando dije que dejaría abogacía; no es lo mío, no sirvo para estudiar. Una lágrima de mamá en mi rostro, por mis venas. Esperé hasta conseguir un trabajo, mediocre, y dejé, abandoné la carrera. Si todos fuesen universitarios, ¿quién recogería la basura o lustraría los zapatos, o bailaría en un cabaret?
Tiro las culpas hacia afuera, la frustración y rabia siguen adentro. Con hoy ya van 5 (cinco) veces, y sigo igual que en un comienzo. Peor, siento la presión de la derrota acuestas. Mañana será otro día, habrá otro intento, otro golpe de fracaso que devendrá, como todos los días, en un nuevo mañana, para un nuevo intento, seguramente frustrante.

Escapar, escapar de aquel mal, en búsqueda de algo más, no se que será.
Te busco a vos, no sé por qué será
que de mi mente no te vas
perversamente tan solo,
tan sólo te quedás

Soy muy pobre pues no tengo que perder, y soy libre en mi felicidad
No te sigo en todas tus locuras pues me puedo enamorar, y sería trampa que te robase así la ilusión de alguien mejor.

Vomitivamente me divierto al viajar en calma. Gusto de volar de vez en vez. No me cortes las alas ni me dejes escapar.

No, nunca llegué a suicidarme, pero qué cerca que estuve aquella vez. ¿Cuántas veces habrás pensado que ya no dabas más?
No vale la pena distraerse en pequeñeces, como podrá ser que...

El mate te quema la lengua por tu apuro de acabarlo. "Tomalo despacito y vas a ver como sólo acaricia tu garganta aquella delicia amarga". Disfrutalo, hacelo durar que el amanecer nos pisa los talones.

El seguimiento del camino, la dificultad de seguir caminando. "¿Seguimos?" le dijo ella en un descarado acto de inocencia.

Volemos juntos de la mano hacia el espacio. Esquivemos los agujeros negros... ¿Se podrá reencarnar en Estrellas?
Quisiera ser la punta de la Cruz del Sur para poder guiar a todo aquel que se encuentre perdido de noche. Una vez lo intenté, pero al no verme las personas se asustaban de escuchar mi voz. Sólo m'ijita se quedó a ver quien era aquel duende que pasaba por ahí.

Solo la soledad de uno mismo puede hacer estragos así. Acerco mi mano a la tuya. Siento la presión de todo tu océano de lágrimas sobre mí. ¿Me dejarás llegar? Sé que te puedo ayudar.

En mi mano siento la energía de todo el Universo. La cierro haciéndolo estallar.
Ya no me conocés y sé que somos almas gemelas. ¿Seguirás siendo el mismo ruiseñor tan encantador?

Gente de la Nada en una tormenta de sal.
Personas del Todo en alguna eternidad.


Y no fue nada muy especial, sólo fui yo así nomas.

Proyecciones

Por las mañanas me imagino todo el resto del día:
Los jazmines con los que me toparé haciendo miel en el aire;
Las sombras que ayudaré a dibujar al caminar bajo las nubes;
Las caras que al mirarme se reirán en complicidad.

Los condenados nunca saben hacia donde caminar sin que les escupan la cara
Yo jamás sabré hacia donde caminar para encontrar mi destino sub-marino.

Cuéntame un poco más de aquellas noches de tormenta,
todavía tengo preguntas para los fantasmas de aquel futuro incierto.

Por las noches me concentro y sueño mi porvenir:
La dulce, ámbar miel que devoraré de un bocado con fruición;
Los aviones que abordaré, los mismos que redibujarán el cielo al pasar
Las risas que sabrán, pero sin hablar, intentarán ocultar la pura verdad.