Ayer fue la primera vez que te ví, y sos el mismo de siempre, el mismo de todos esos sueños, de tantas noches en vela. Nunca nos vimos, pero no podría haberme confundido jamás, porque nos conocemos de siempre. Cada vez somos los mismos desconocidos encontrándose en la oscuridad con nuestra vieja sonrisa de familiaridad.
Ese tatuaje en tu nuca es nuevo, aunque no me lo quieras admitir. Tampoco me dijiste qué significa; las cuestiones de poder son muy personales, y sé que no te gusta que me meta.
Te dije, "yo también, ¿viste? me dejé crecer el pelo".
Nos despedimos como siempre, pero hoy sólo puede pensar en vos, y en volverte a ver.
sábado, 26 de febrero de 2011
viernes, 18 de febrero de 2011
"Yo no soy un ser, sino un montón de interpretaciones de copias de personalidades" le intentaba explicar, mientras él miraba mi techo psicodélico, resultado de un ataque adolescente.
Cambió de tema abruptamente, sin respetar siquiera mi cara de pasión, esa que nadie sabe ver. Reí, qué más hacer. Reí y le contesté que prefiero el dulce de leche granizado.
Dejé de hablar inútilmente, mejor otro round de amor. Ahora pensaba en que quería acabar y llamar a Mercedes a ver si me había podido conseguir las cosas que le había encargado, y con alguna mala excusa me iría para así echarlo en cuanto terminásemos.
Cambió de tema abruptamente, sin respetar siquiera mi cara de pasión, esa que nadie sabe ver. Reí, qué más hacer. Reí y le contesté que prefiero el dulce de leche granizado.
Dejé de hablar inútilmente, mejor otro round de amor. Ahora pensaba en que quería acabar y llamar a Mercedes a ver si me había podido conseguir las cosas que le había encargado, y con alguna mala excusa me iría para así echarlo en cuanto terminásemos.
domingo, 13 de febrero de 2011
Blindness
Alguien con una palabra de aliento
que no llega a ningún puerto
Repitiendo palabras ya dichas nos creemos originales.
Repitiendo nos creemos originales.
Repitiendo originales
nos creemos algo.
El cielo destella suavemente cuando lo vemos fijo
Partículas de nada nos acompañan durante la vida
y en cada explosión, explotamos nosotros también
en ese cielo infinito y traidor,
creador de las relaciones abiertas
Imitación de 2da personalidad tenía razón, pero aún no sé como.
Ayer vi a alguien nuevo, aún no descubro a la sombra de quién vive,
copia de quién es.
que no llega a ningún puerto
Don't be afraid,
you're already dead
And in her eyes you see nothing
Repitiendo palabras ya dichas nos creemos originales.
Repitiendo nos creemos originales.
Repitiendo originales
nos creemos algo.
And in her eyes you see nothing,
no sign of love behiond her tears
¿Cuál es esa necesidad entonces?
El cielo destella suavemente cuando lo vemos fijo
Partículas de nada nos acompañan durante la vida
y en cada explosión, explotamos nosotros también
en ese cielo infinito y traidor,
creador de las relaciones abiertas
Imitación de 2da personalidad tenía razón, pero aún no sé como.
Ayer vi a alguien nuevo, aún no descubro a la sombra de quién vive,
copia de quién es.
You want her, you need her
and yet you don't believe her
lunes, 7 de febrero de 2011
S.D. Muerto en batalla
La gente siempre busca algo más allá de sus posibilidades,
como con la intención oculta de desilusionarse;
como con la intención oculta de sufrir la frustración.
Y ella no sabe qué buscar ahora que se dio cuenta de que él jamás estaría con ella.
Él se regocija un poco en el sufrimiento ajeno, creyendo que el suyo es menor:
Almas gemelas, jamás se amarán
Los soldados no dejan nunca de marchar hacia...
¿Cuántos soldaditos habremos perdido en la guerra?¿Cuántos nos quedarán?
En la vida conocí a 4 personas, y todas las demás simplemente se les parecieron infinitamente.
como con la intención oculta de desilusionarse;
como con la intención oculta de sufrir la frustración.
Y ella no sabe qué buscar ahora que se dio cuenta de que él jamás estaría con ella.
Él se regocija un poco en el sufrimiento ajeno, creyendo que el suyo es menor:
Almas gemelas, jamás se amarán
Los soldados no dejan nunca de marchar hacia...
¿Cuántos soldaditos habremos perdido en la guerra?¿Cuántos nos quedarán?
En la vida conocí a 4 personas, y todas las demás simplemente se les parecieron infinitamente.
martes, 1 de febrero de 2011
Tiempo de espera
Marcaban las 12 en el reloj, y yo seguía esperándolo. Viendo por la ventana como caían las hojas secas del otoño sin remedio ni preescripción. El tic tac del reloj es agobiante durante las esperas... siempre lo es. El sólo pensar en su figura, en su pelo oscuro, en sus inmensos ojos aterciopelados como la noche me hacía sentir como mi pecho se vaciaba, como lo extrañaba irremediablemente.
Mi respiración, agitada y entrecortada, se quebraba y empañaba el vidrio de la ventana que daba al patio de mi casa. Hasta el viento invernal que se oía avecinar me recordaba a él; a su cara; a sus pesados pies. Me encontraba paralizada en esa posición, sin ánimos, sin valor para moverme de aquel rincón, para voltear mi cabeza y descubrir, muy a mi pesar, que las horas, los días aún transcurrían.
Si la espera pudiese congelarse, así lo hubiera deseado. Así se lo hubiera suplicado al mismo Chronos. De ese modo podría haberme conformado con la idea de que él aparecería en el siguiente tac que marcara el reloj colgado en la pared. Una eterna espera del devenir del tiempo muerto, eso hubiese preferido a tener que escuchar esa horrorosa, monótona melodía otro segundo más. Tic-Tac, tic-tac.
Tal vez el crujir de los pasos de botas de caña alta de viajeros sin rumbo que se encontraban pasando por al lado de la puerta de mi casa traerían noticias suyas. Tal vez hasta sería él. Los recuerdos que de él me quedaban no podría decirse que son su imágen más que la de cualquier otro. La mente confunde y mezcla recuerdos con fantasías, sueños con pensamientos, realidades con mentiras.
Marcaban las 12 en el reloj, y yo seguía esperándolo. Viendo por la ventana como los primeros gajos de la temporada se empapaban con la tormenta primaveral sin remedio ni preescripción.
Mi respiración, agitada y entrecortada, se quebraba y empañaba el vidrio de la ventana que daba al patio de mi casa. Hasta el viento invernal que se oía avecinar me recordaba a él; a su cara; a sus pesados pies. Me encontraba paralizada en esa posición, sin ánimos, sin valor para moverme de aquel rincón, para voltear mi cabeza y descubrir, muy a mi pesar, que las horas, los días aún transcurrían.
Si la espera pudiese congelarse, así lo hubiera deseado. Así se lo hubiera suplicado al mismo Chronos. De ese modo podría haberme conformado con la idea de que él aparecería en el siguiente tac que marcara el reloj colgado en la pared. Una eterna espera del devenir del tiempo muerto, eso hubiese preferido a tener que escuchar esa horrorosa, monótona melodía otro segundo más. Tic-Tac, tic-tac.
Tal vez el crujir de los pasos de botas de caña alta de viajeros sin rumbo que se encontraban pasando por al lado de la puerta de mi casa traerían noticias suyas. Tal vez hasta sería él. Los recuerdos que de él me quedaban no podría decirse que son su imágen más que la de cualquier otro. La mente confunde y mezcla recuerdos con fantasías, sueños con pensamientos, realidades con mentiras.
Marcaban las 12 en el reloj, y yo seguía esperándolo. Viendo por la ventana como los primeros gajos de la temporada se empapaban con la tormenta primaveral sin remedio ni preescripción.
Mi ciudad
Mi ciudad de noche, con sus cálidas lúces de sodio, es como un cuento de algún autor famoso que parece no recordar. Destella la alegría, el furor, la venganza. Titila en su afán de no apagarse.
Por las noches mi ciudad es parte de una realidad aparte. Es dueña de mil historias que no comienzan y nunca acaban. Es presa y voyeur de mil violadores que fornican en sus calles; de miles de niños que sueñan con sobrevolarla, con llegar hasta la luna tan lejana.
Y la brisa sopla, pero nunca enfría los corazones que aquí se alojan. Y el sol calienta, pero jamás podrá derretir las ilusiones que vagan por sus callejones.
Cuenta la leyenda que mi ciudad es tan grande y tan inmensa que se ha devorado pueblos enteros. Que por sus venas correr ríos, por debajo de ella.
Habitantes hay muchos que la tratan sin cuidado, que no se percatan del daño que le han causado. De las llagas tan profundas que rajan el asfalto, y los aires tan pesados que tiñen sus bastos árboles. Pero también hay otros tantos, dueños y amantes de sus rincones, apasionados conversadores que se sientan en sus parques y le ceban unos mates.
Cuenta la leyenda que una vez en un apagón toda ella se oscureció, y pareció desvanecerse en otro mundo. Y por esa noche en la oscuridad que la rodeaba no había leyes ni mandatos; deberes ni alegatos. Pero cuando el día despertó, todo reapareció, y en un olvido esa oscura vida desapareció.
Por las noches mi ciudad es parte de una realidad aparte. Es dueña de mil historias que no comienzan y nunca acaban. Es presa y voyeur de mil violadores que fornican en sus calles; de miles de niños que sueñan con sobrevolarla, con llegar hasta la luna tan lejana.
Y la brisa sopla, pero nunca enfría los corazones que aquí se alojan. Y el sol calienta, pero jamás podrá derretir las ilusiones que vagan por sus callejones.
Cuenta la leyenda que mi ciudad es tan grande y tan inmensa que se ha devorado pueblos enteros. Que por sus venas correr ríos, por debajo de ella.
Habitantes hay muchos que la tratan sin cuidado, que no se percatan del daño que le han causado. De las llagas tan profundas que rajan el asfalto, y los aires tan pesados que tiñen sus bastos árboles. Pero también hay otros tantos, dueños y amantes de sus rincones, apasionados conversadores que se sientan en sus parques y le ceban unos mates.
Cuenta la leyenda que una vez en un apagón toda ella se oscureció, y pareció desvanecerse en otro mundo. Y por esa noche en la oscuridad que la rodeaba no había leyes ni mandatos; deberes ni alegatos. Pero cuando el día despertó, todo reapareció, y en un olvido esa oscura vida desapareció.
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