Por qué ese afán a de la gente de ocultar quienes son. ¿Acaso está mal ser uno mismo? Constantemente bombardeados por el estrés de estándares sociales, y programas y frases insulsas de “sé tu mismo” junto a la publicidad de algún jean o bebida que prometen asesinar a todas tus necesidades. Seamos honestos por una vez, sólo el agua calma la sed.
“Sé tu mejor yo”. ¿Y si no sos amigo de ese “yo”, también deberías serlo? ¿El mejor según quién? Jamás sentí que nadie me lo preguntase a la cara. Y menos que menos ese modelo que me lo dice, al cual estoy obligada a amar, porque sino claramente no soy un “yo” aceptable para este mundo en el que vivo.
YO: siento, pienso, creo, gusto, disgusto, amo, crezco, lloro, sonrío, grito, creo, invento, fracaso… Vuelvo a intentar. ¿Cuántas veces por minuto?
La idea de que “si no te apurás no vas a llegar” taladra la parte media de mi cerebro. Ahí, cerca de mi oído derecho, un poco por encima de él. Tengo la fantasía de que ahora que lo encontré tal vez la pueda matar. Ese es mi “yo” más adaptado a esta sociedad. A veces quisiera que una bala se alojase en él. Pero después recuerdo que también es parte de mi personalidad, múltiple y disparatada, como la de todos los demás, aunque por ese afán del que ya hablamos, jamás lo vayan a admitir.
He presenciado muchas conversaciones de personas a las que al contarles ciertas cosas se horrorizaban, pero ante un poco de insistencia y presión, admitían haberlo hecho, también, en alguna otra ocasión.
Hipocresía. Hipopótamos hipócritas. Sucias bestias que alegan ser vegetarianas, pero que están siempre dispuestas a destrozar toda tu carne si así les pareciera. Si vas contra ellas en cualquier sentido posible.
A mí me gustan las simpáticas serpientes, con su sangre fría y colores brillantes. Reptando, camuflándose entre las ramas. A ellas les gusta pasar desapercibidas, y si acaso las has de notar, han de advertirte rápidamente que no las molestes, o serás molestado. Toman sol y acaban con plagas como las ratas, jamás entenderé como no son la mascota predilecta de toda la población.
Cierto, hipopótamos.
Jamás viviré, sentiré, seré, pensaré como querrían que lo hiciera. Eso ya no me preocupa como antes. Soy una serpiente y me sé camuflar.
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